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Manual de urbanidad para jovencitas (10)

DEBERES HACIA EL PRÓJIMO

I

Tenga por segura esta verdad: todas las personas presentes, cualquiera que sea su sexo y su edad, tienen el deseo secreto de hacerse chupar por usted; pero la mayoría no se atreven a decirlo.

II

Por lo tanto, respete ante todo la hipocresía -que se llama también virtud- y no diga jamás a un caballero ante quince personas: “Enséñame tu polla y yo te mostraré mi raja.” Ciertamente, él no lo hará.

III

Al contrario, si se encontraran completamente solos y en un lugar donde estuviera seguro de no ser sorprendido por nadie, no sólo le mostraría su cipote, sino que no se opondría a que se lo chupara.

IV

La mayor parte de los consejos que siguen derivan de los principios anteriores.

 

DEBERES PARA CON SU PADRE

I

Si su señor padre, enfurecido, le dice: “¡No eres mi hija!” No le responda entre carcajadas: “¡Hace mucho que lo sabía!”

II

Cuando su señor padre se presente en su grupo, no diga: “¡Ya está aquí el cornudo!” O, si lo hace, que sea en voz muy baja.

III

Si bebe un vaso de cerveza en el billar de su papá, hace mal; si orina en la botella para que no se percate de la disminución, lo único que consigue es agravar la falta.

IV

Si se sienta en la rodilla izquierda de su señor padre, no frote su culo con su polla para excitarlo, a no ser que estén solos.

V

Si su señor padre le pide que se la chupe, no tenga el despiste de decirle que su picha huele al coño de la criada. Podría preguntarse por qué reconoce usted ese olor.

 

VI

Si su señor padre la lleva a un burdel para que sea lamida por unas putas hábiles, no dé su dirección a todas esas señoritas para cartearse. Una jovencita con mundo sólo va al prostíbulo en el más estricto incógnito.

 

VII

Si se está haciendo una paja cuando su señor padre entra en su habitación, párese: es lo más conveniente.

VIII

Si su señor padre se digna alguna vez a eyacular en su boquita, acéptelo con los ojos bajos y como su fuera un gran honor del que no es digna. Pero, sobre todo, no vaya a jactarse de ello como una estúpida al oído de su mamá.

 

DEBERES PARA CON SU MADRE

I

No la llame jamás: “¡Vieja vaca! ¡Puta de urinario! ¡Tortillera de putas! ¡Loca por la leche! ¡Viruela ambulante! Etc...” Son expresiones que conviene dejar al vulgo.

II

Tampoco le diga nunca: “¡Vete a la mierda! ¡Que te den por el culo! ¡Me cago en ti!”

III

Y sobre todo: “¡Me sales del coño!” Pues, al contrario, es usted quien salió del suyo.

IV

Por la noche, cuando su señora madre vaya a darle un beso en su cama, espere a que se haya ido para hacerse la paja.

V

Si su señora madre le pregunta a quién le gusta más besar, no responda: “El culo de la criada”

VI

Cuando vaya a la casa del amante que tiene por costumbre encularla, no se maquille el ojete en el cuarto de baño de su madre con el lápiz que usa para sus labios.

VII

No se ciña un consolador para enfilar a su señora madre antes de que ella se lo pida.

VIII

No se ofrezca a su mamá para participar –por poco que sea- en sus voluptuosidades conyugales. Espere a que ella se lo pida.

 

DEBERES PARA CON SU HERMANO

I

Nada más feo que una niña vea cómo se le empina a su hermano y no haga nada para aliviarlo.

II

Menéesela a su hermano en su cama; no en la de usted. La comprometería.

III

Cuando venga de chupársela a su hermano, no escupa la leche en la cara de su institutriz. Si se quejara, tendría problemas.

IV

La mayoría de las jovencitas se hacen desvirgar por sus hermanos, lo cual ofrece menos inconvenientes que si interviniera un extraño.

V

Si su hermano se le pone encima a las tres de la madrugada y le hinca gentilmente la polla en el culo, no le diga que tiene sueño.

DEBERES PARA CON SU HERMANA

I

Los días que su hermana no vea a su amante ni a su amada, métale delicadamente la mano bajo la falda y pregúntele si quiere contentarse con usted.

 

II

Si le responde que prefiere hacerse una paja completamente sola, retírese con discreción.

III

Cuando su hermana esté orinando, no le quite la escupidera para que mee en el suelo; es una broma de mal gusto.

IV

Cuando ella -en camisón- esté de rodillas, váyase si ve que su hermano aprovecha esta posición para meterle la lengua en el culo.

V

Si ve a un caballero desnudo en la cama de su hermana, no vaya a cuchicheárselo a su señor padre. La visita no es para él.

VI

Si su hermana tiene pelos en el pubis antes que usted, no se los arranque con la excusa de que es una injusticia.

VII

Cuando su hermana salga para el baile, no escriba en la espalda de su vestido blanco: “Encúleme, por favor.” Absténgase de toda inscripción de este tipo.

VIII

Durante el noviazgo, no le diga a su futuro cuñado que su hermana chupa muy bien las pollas. Aunque vaya a disfrutar esa habilidad íntima, saberlo así no le va a hacer gracia.

IX

Si le preguntan qué hace su hermana en su habitación, no diga que se la menea; incluso si está segura de lo que dice.

X

No le cuente a nadie que su hermana se mete la almohada entre los muslos, se frota contra ella y la llama Gastón.

XI

Si su hermana se sirve varias veces seguidas de su consolador y no quiere devolvérselo, no se queje a sus padres. No cuente tampoco con su espíritu de justicia, cuando ella se niegue a lamerla. En ambos casos usted sería azotada.

XII

No se burle de su hermana si ella no quiere ser enculada. Una jovencita con mundo es completamente libre de dar un solo agujero a sus amantes.

 

XIII

Cuando su hermana mayor esté en camisón y de rodillas sobre el reclinatorio, no le chupe por detrás; la distraería.

 

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