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Block de notas

Las palabras nunca son inocentes

Cada día, nada más lenvantarme, enchufo los auriculares inalámbricos y enciendo la radio. Hoy lo primero que escuché fue un corte de una intervención de Ibarretxe. En él decía más o menos que la voluntad de la sociedad vasca no podía ser sustituida por el Congreso.

Mientras me preparaba un café pensaba en lo manipuladora y cínica que era la frase.

En primer lugar, el señor Ibarretxe confunde la sociedad vasca con el 50% aproximadamente que votó al PNV-EA y a Sozialista Abertzaleak (por cierto, imagino que alguien se habrá percatado de que las siglas de esta agrupación política coincide con las de la primera fuerza de choque nazi.)

Segundo, obvia que el Congreso de los Diputados no es una entelequia, sino una cámara representativa de la nación. Por lo tanto, no sería un ente abstracto quien se opondría a la voluntad de una parte de Euskadi, sino la voluntad de la inmensa mayoría de la sociedad española.

Por último, un recordatorio: en una democracia el objetivo de cualquier gobernante debe ser el bien común y no el beneficio personal o el del partido.

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