Llegan las vacaciones y me vienen las prisas. Así que, sin más preámbulos, ahí va la penúltima sección (por cierto, la escribo con Writely. A ver qué tal va):
DEBERES PARA CON DIOS
I
Todas las noches, antes de masturbarse, rece sus oraciones arrodillada.
II
Admire la bondad de Dios que da a cada jovencita un coño para recibir todas las pollas del mundo y que –para variar los placeres- le permite reemplazar la polla por la lengua, la lengua por el dedo, el coño por el culo y el culo por la boca.
III
Agradézcale la creación de las zanahorias para las niñas, los plátanos para las jovencitas, las berenjenas para las jóvenes madres y las remolachas para las señoras maduras.
IV
Bendígale por haber puesto en usted el deseo de correrse y creado mil medios para conseguirlo.
V
Si quiere un amante, pídaselo y se lo dará. Si es una tortillera lo que necesita, dígaselo sin vergüenza. Dios lee en su corazón. No podría engañarlo.
VI
No rece desnuda. Póngase un camisón, no se lo suba delante de los presentes. Si lleva un consolador en el coño, quíteselo.
VII
También si lo tiene en el culo.
VIII
Mientras reza de rodillas, si alguien pretende aprovecharse de esta posición para encularla, no se preste a esta inconveniencia.
IX
Antes de comulgar, si se la ha chupado a alguien, no se trague la corrida; no estaría en ayunas. Pero puede beberla en viernes. El semen, al igual que la leche, no se considera un alimento graso.
X
Algunas jovencitas muy vigiladas se compran un pequeño santo de marfil pulido y lo usan como consolador. Es una costumbre condenada por la Iglesia.
XI
En cambio, puede servirse a tal efecto de un cirio, siempre que no esté bendecido.
CON EL AMANTE DE SU MADRE
I
Cuando una jovencita ha descubierto quién es el querido de su mamá, bajo ningún pretexto debe decírselo a su papá.
II
No diga jamás al amante de su madre que una chica se masturba pensando en él, sobre todo si ella es usted.
III
Si el amante llega pronto y su señora madre le pide que lo atienda, excítelo, pero no se la chupe.
IV
Cuando su madre vuelva de una cita, no debe preguntarle si le ha gustado, cuántas veces lo ha hecho, si el caballero follaba bien, etc. Estas preguntas sólo merecen la correa.
V
También está prohibido llevarse a parte al querido y preguntarle: “¿Se corrió dentro? ¿Es muy guarra? ¿La chupa bien? ¿Se traga la leche? ¿Se deja encular?” Etc, etc.
VI
Ni tampoco para decirle: “Papá se tiró a mamá anoche. Me lo ha dicho mi sirvienta.” Esta información no sería recibida con gusto.
VII
Si usted sabe que su madre espera a su amante en casa, no se esconda bajo la cama para gritar: “¡Sorpresa! ¡Soy yo!” mientras la saborea en su boca. Podría atragantarse.
VIII
No escoja, tampoco, ese momento para entrar en la habitación aullando: “¡Ya está aquí papá!” cuando sabe perfectamente que su señor padre está de viaje.
IX
Si éste se ausentara durante seis meses o un año, no se arriesgue, un día de adulterio, a esconder la jeringa de su mamá, de forma que se dé cuenta demasiado tarde. Podría tener consecuencias muy graves y la broma no sería apreciada.
X
Si descubre que es hija del amante y no del marido, no llame a este caballero “papá” delante de veinticinco personas.
XI
Es al esposo de su madre a quien debe llamar papá. Aun estando segura de que no les une lazos sanguíneos, no le debe decir al oído: “¡Te la puedo chupar, no eres mi padre!” La segunda oración destruiría todo lo que tuviera de agradable la primera.
XII
Si una visita llega cuando su madre está haciendo el amor y le han encargado que diga: “Mamá está indispuesta”, no dé detalles sobre la enfermedad. Si le preguntan: “¿Qué tiene?” No conteste: “Una polla en el culo.”
APARTADO ESPECIAL PARA HACERSE DESVIRGAR
I
A partir de los ocho años, no es conveniente que una niña sea aún virgen, aunque lleve mucho tiempo chupando pollas.
II
Cuando tenga ocho años cumplidos, si le piden su virginidad debe darla; si no se la piden, debe ofrecerla educadamente.
III
Para que la desfloren, tiéndase en mitad de la cama, quítese el camisón o al menos súbaselo hasta las axilas, separe las piernas y ábrase los labios del coño con las dos manos. Si el caballero prefiere desvirgar su culito, ofrézcaselo inmediatamente: le corresponde a él escoger el camino que le apetezca.
IV
Si su desfloramiento se produjo sobre la hierba o en el banco de un parque o en un coche o sobre una taza de váter o en una bodega, sobre un tonel, o en el desván sobre una caja vieja, no se queje de la incomodidad. Se folla donde se puede.
V
Cuando la hayan desvirgado, guárdese de ir a contárselo a su señor padre. Eso no se hace.
VI
No se lo diga a su sirvienta, si tiene la costumbre de masturbarla todas las noches: ella descubrirá por sí misma el rastro del lobo.
CON UN AMANTE
I
Tenga todos los amantes que quiera, pero no cuente a los jóvenes lo que hace con lo viejos. Ni al contrario.
II
No olvide decir “por favor” cuando pida una polla ni “gracias” cuando se la den.
III
Cuando esté con un amante que la tenga tiesa a la altura de su cintura y se propone follarla, súbase en un taburete para poner su coñito a la altura de las circunstancias.
IV
En general, es preferible que se ponga de rodillas sobre un sillón, se eche la falda sobre la espalda y abra las nalgas con ambas manos, de manera que queden a la vista sus dos agujeros. Así, el caballero podrá elegir su camino con toda libertad. Es la postura más cortés.
V
Cuando venga de chupársela a alguien, no vaya a la cocina para echar la leche en la olla. Le daría mala fama entre el servicio.
VI
Si su señora madre la acompaña a casa de su amante, deje que la joda primero, es la costumbre; cuando se la estén follando a usted, lámala para tenerla ocupada.
VII
Mientras sea impúber, puede hacer el amor con los negros sin ningún peligro, si eso la excita; cuando tenga la regla, pida a sus amantes negros que la enculen, pues un mulatito dañaría su buen nombre.
CON EL SERVICIO
I
Si es una jovencita muy folladora, si tiene siempre la camisa llena de lechigazos y las sábanas manchadas, masturbe de vez en cuando a la criada para que no diga nada.
II
No se la chupe nunca al ayuda de cámara en presencia de la cocinera. Sentiría celos y la denunciaría.
III
Al subir en el coche de sus padres, no bese en el cuello del chófer, aun estándole muy reconocida porque se la acaba de follar seis veces.
IV
No se queje a su señora madre de que la nueva sirvienta no quiere lamerla. Haga que la echen por otro motivo.
V
No encule por la fuerza a su camarera con el palo de una escoba. Podría hacerle daño.
VI
Cuando su criada inglesa esté dormida, no le corte los pelos del pubis para hacerse un bigote rubio.
VII
Si la cocinera le deja examinar su chocho con todo detalle, no eche en él polvo picapica.
VIII
Si sorprende a la ayudante de cocina a punto de hacerse una paja con el rodillo, no se lo diga a su señora madre. Cuando una pobre chica está caliente, coge lo primero que tiene a mano.
IX
No se la chupe a los criados. Es un servicio que puede exigirles, pero que no es conveniente devolverlo.
X
No entre jamás donde el servicio con la falda levantada hasta la cintura y gritando: “¡Metédmela todos!”: le perderían el respeto.
XI
Por muy grande que sea la venalidad del ayuda de cámara con quien folla, no le regale una joya de su señora madre cada vez que se la meta.
XII
No exija a su camarera que se lo chupe más de dos veces al día: no hay que cansar a los criados.
CON EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
I
Solicitada para tener el honor de recitar un elogio ante el Presidente de la República, no le diga al oído cuando la bese: “Ven a casa y te la pondré tiesa.”
II
Igualmente, si ve que es un cliente habitual de la casa donde vendes tu boquita, no lo llame “gran bebé” delante de Estado Mayor.
III
No lo llame tampoco “viejo sátiro” cuando le reclame cien mil francos a cambio de su silencio.
IV
Si, por el contrario, se aparta discretamente con usted y se lanza sobre su grupa para satisfacer su lubricidad, nada la obliga a dejarse violar por el Jefe del Estado.
V
Si se acuesta con él de buen grado y le pide que orine en su boca, no le objete que este acto va contra el respeto que se le debe. Él conoce el protocolo menor que usted.
VI
Puede pedirle un mechón de sus cabellos como memoria de sus favores, pero sería indiscreto cortarle la picha para conservarla como un recuerdo suyo.
VII
Si durante una correría nocturna, se encuentra al Presidente de la República completamente borracho, tirado en un charco, hágalo llevar al Elíseo con los honores debidos a su posición.
VIII
Si el señor Presidente muriera súbitamente mientras usted saborea su leche, puede contar la anécdota a todo el mundo: no la perseguirán. Hay precedentes.
PARA CHUPAR
I
Nunca diga a un hombre de mundo: “¿Hay que chupársela?” Son las putillas baratas quienes hablan de esa forma. Dígale en voz baja, al oído: “¿Quiere mi boca?”
II
Si está con un caballero al que nunca se la ha mamado, no le haga sabias lamidas a lo largo de la polla y por detrás de los cojones. Tendría una mala opinión acerca de su pasado.
III
Métase modestamente la picha en la boca al tiempo que baja los ojos. Chúpela despacio. Preste atención a los dientes para no morderla y apriete los labios a fin de no babear.
IV
Cuando el caballero esté a punto de correrse, no lo interrumpa pidiéndole noticias de su madre, aunque haya olvidado hacerlo a su tiempo.
V
Cuando eyacule, tráguese en silencio hasta la última gota. A continuación diga alguna frase amable sobre el sabor de la bebida que acaba de tomar.
VI
Hecho esto, no le pida al caballero seis sous. Las jovencitas con mundo la chupan por gusto.
VII
Si está acostada con un hombre al que conoce muy bien y al que ya le ha proporcionado veinte corridas, puede -sin inconveniente alguno- chuparle el pellejo delos cojones y meterle la lengua en el culo como preámbulo; pero déjele creer que es el único a quien usted concede esos favores.
VIII
Si al caballero se le pone blanda entre sus labios, no lo achaque a su debilidad, sino a la inexperiencia de usted.
IX
Si muriera, abotone su pantalón otra vez antes de llamar a la criada y nunca diga en qué circunstancias entregó su alma a Dios.